Globalización
La globalización comprende un
complejo proceso en el que se mezclan relaciones internacionales de
múltiples tipos: comerciales, políticas, humanas, sociales, económicas,
financieras, industriales,culturales y de cualquier otra categoría imaginable.
Cuando se menciona la palabra globalización se vienen a la mente ideas
de unión, de derribamiento o debilitamiento de fronteras, de cooperación,
de libertad, de progreso… Desafortunadamente no todo funciona de esta manera
idílica, la integración internacional, la apertura comercial, el libre
intercambio, la ultra conectividad y otros asuntos que vienen con la
globalización no generan los mismos resultados para todos los habitantes
del planeta. A continuación una perspectiva somera de lo que representa
este fenómeno a nivel mundial y especialmente en América Latina.
En
las últimas décadas del siglo XX asistimos a un conjunto de transformaciones
económicas-sociales y culturales cuya vertiginosidad y complejidad no admite
precedente. Caen rápidamente todo tipo de muros y barreras entre las naciones
al mismo tiempo que se amplía la brecha en el nivel de desarrollo humano al
que acceden los distintos pueblos.
El
mundo se ve invadido por formas de producción y consumo, una preocupación por
el deterioro incontenible de los recursos naturales, el avance de la pobreza;
sin embargo, se hace referencia a un nuevo fenómeno que ha llegado a
convertirse en un paradigma para los países en desarrollo.
La
globalización comprende un proceso de creciente internacionalización del
capital financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones políticas
internacionales y el surgimiento de nuevos procesos productivos,
distributivos y de consumo des localizados geográficamente, una expansión y uso
intensivo de la tecnología sin precedentes.
La identidad cultural de los diversos pueblos
en la actualidad se va homogeneizando o generalizando según ciertas pautas
comunes en marcha hacia una cultura estandarizada. Este proceso es propiciado
por los poderes generadores de nuevas necesidades de consumo, que manejan a su
vez los medios de comunicación social y la producción ofrecida.
Teniendo en cuenta la
nueva escena sociocultural que se presenta ante nuestros ojos en
este comienzo de siglo, dentro de la cual desfilan ciertos procesos
reveladores del cambio, como ser una creciente pérdida de peso de las
instituciones públicas locales y nacionales en beneficio de los conglomerados
empresariales de alcance transnacional la reformulación de los patrones de
asentamiento y convivencia urbanos la reelaboración de lo propio, debido al
predominio de los bienes y mensajes procedentes de una economía y una
cultura globalizadas sobre los generados en la ciudad y la nación a las cuales
se pertenece la consiguiente redefinición del sentido de pertenencia e
identidad de los pueblos y el pasaje del ciudadano como representante de una
opinión pública al ciudadano como consumidor interesado en disfrutar de una
cierta calidad de vida, cabe cuestionarnos acerca del impacto negativo que
éstos provocan sobre diversas realidades culturales de los pueblos, en
particular sobre sus respectivas identidades, aceptando como un hecho
ineludible la marcha hacia la aldea global, como paradigma de constitución del
mundo con miras a la homogeneización del planeta en lo político, lo económico y
lo social.
La
globalización significa el aumento de la vincularidad, la expansión y
profundización de las distintas relaciones sociales, económicas y políticas, la
creciente interdependencia de todas las sociedades entre sí, promovida por el
aumento de los flujos económicos, financieros y comunicacionales y catapultada
por la tercera revolución industrial que facilita que los flujos puedan ser
realizados en tiempo real.
En
su dimensión económica la globalización puede ser entendida como una nueva
fase de expansión del sistema capitalista que se caracteriza por la apertura de
los sistemas económicos nacionales, por el aumento del comercio internacional,
la expansión de los mercados financieros, la reorganización espacial de la
producción, la búsqueda permanente de ventajas comparativas y de la
competitividad que da prioridad a la innovación tecnológica, la aparición de
elevadas tasas de desempleo y el descenso del nivel de las remuneraciones.
La globalización se
ha vuelto casi un lugar común en la justificación de cualquier medida o en la
interpretación del cambio que se produce, tanto en la esfera pública como en la
privada. Su difusión parece derivar de la propia capacidad de explicar la
fuerza operante de un sinnúmero de transformaciones que se producen e impactan
en la vida cotidiana con singular dureza.
Capital
intelectual de la empresa
El
capital intelectual es el conjunto de activos intangibles, más importantes de
las empresas basados en el conocimiento, entendiéndose por conocimiento al
nuevo agente productor de capitales económicos y organizacionales.
Los
elementos principales de la base del capital intelectual, se los puede expresar
de la siguiente manera:
Capital
Intelectual = Capital Humano + Capital de la Economía de Mercado + Capital
Estructural
El
primero de los tres componentes modulares del capital intelectual es el Capital
Humano, que comprende la competencia, conocimiento, valores y potencial
innovador de los individuos dentro de la organización.
Al
segundo se lo puede llamar Capital de la Economía de Mercado, que incluye los
canales de distribución y mercadotecnia de una empresa, su red de socios por
alianzas estratégicas y la lealtad y capacidad de generación de ideas de sus
clientes y proveedores.
El
Capital Estructural es la infraestructura innovadora de la empresa, el medio
por el cual los Capitales Humanos y el Capital de la Economía de Mercado se
apalancan y finalmente se convierten en capital financiero y utilidad. El
capital estructural incluye la capacidad de cambio, el liderazgo de los
gerentes, aprendizaje y trabajo de equipo de la organización, sus estrategias,
visión, cultura, sistemas informáticos, bases de datos, patentes e innumerables
cuestiones intangibles que son las fuentes verdaderas del potencial del valor y
de la ventaja comparativa.
Anteriormente los
activos que aparecen en los balances generales, sus informes de pérdidas y
ganancias, y otras herramientas de la civilización administrativa de la era
industrial, eran el área básica a la cual se enfocaban los gerentes de las
empresas. Con el advenimiento de innovadoras formas de negociación, nuevos
mercados y la rapidez en los que se desarrollan, estamos obligados a innovar
permanentemente nuestras estrategias de negociación, aplacar el valor potencial
oculto, adoptar una actitud emprendedora, globalizar nuestros negocios en un
mundo sin fronteras físicas, modernizar nuestra infraestructura y sistemas
computacionales y de telecomunicación, para sobrevivir y estar al nivel
competitivo que actualmente se requiere